

Los errores y las situaciones con probabilidad de error se pueden predecir, gestionar y prevenir, solo si los reconocemos. Sabemos que nuestra forma de pensar y nuestro nivel de concentración juegan un papel importante en el trabajo seguro. Entonces, ¿cómo nos aseguramos de no estar atrapados en una trampa de error? Es simple: necesitamos reconocer los desencadenantes de estas trampas.
¿Qué son las trampas de errores y los disparadores?
Las trampas de error son situaciones que pueden resultar en un resultado no deseado, como un incidente.
Los desencadenantes son señales que nos advierten de situaciones en las que es probable que se produzcan errores. Pueden ser una reacción, un pensamiento, un presentimiento o cuando estamos entrando en un territorio desconocido.
¿Cómo se ven o se sienten los desencadenantes?
Algunos desencadenantes comunes incluyen:
- Tener prisa o sentirse presionado
- Empujando para terminar antes del final del turno
- Multitarea
- Estrés y distracciones
- Sentirse enfermo o fatigado
- Las interrupciones
- Ser nuevo o no estar familiarizado con la tarea.
- Olvidar los pasos del trabajo o los resultados deseados
- Procedimientos inexistentes / poco claros
- Tareas en las que se requiere una solución alternativa
- Tareas en las que ya se han cometido errores
- Regresar al trabajo después de un tiempo libre
- Lo último que hay que hacer en el turno
¿Qué podemos hacer?
Los desencadenantes deben impulsarnos a responder o tomar medidas.
Reconocer estos factores desencadenantes es solo la mitad del desafío. Lo que hagamos después de esto puede marcar la diferencia.
Aquí es donde 'Detente y piensa (toma 2)'entra. Si reconoce un disparador, debe' Detener y pensar 'antes de ir.